Van 15' del segundo tiempo en el estadio Centenario, hace media hora Darío Rodríguez conectaba en el medio del área un corner que bajó justo y entre gallos y medias luces en un partido feo Peñarol se puso 1 a 0.
Es 26 de Mayo del 2011 y yo estoy agarrándole la mano a mi padre cual gurí de 8 años cuando lo miro con cara seria, y le hago prometer, le hago jurar que estos tipos vestidos de blanco y azul no nos iban a clavar, que íbamos a ir al estadio José Amalfitani con este unito a cero.
Mi padre, -que supongo- hasta ese día jamás me había mentido me dice: "quedate tranquilo que termina así" y yo, lejos de tranquilizarme, ahora me preocupo el doble, ya no sólo por el resultado, si no, fundamentalmente por que que mi viejo no se equivoque en su profecía.
El fútbol es de las pocas cosas que te comprometen con la batalla al mismo nivel que con el oráculo que la vaticina, por eso es importante elegir bien a que oráculo preguntarle.