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1. Entrar en vuestra web da alegría, sobre todo cuando uno pincha en la sección para conocer el equipo. ¿Tanto optimismo y alegría se respira en una tarea tan difícil como la de montar un negocio?

Gracias, nunca nos habían dicho que nuestra web transmitía optimismo y alegría. Aunque lo cierto es que empleamos un tercio de nuestra vida trabajando; y sería muy ingenuo suponer que un periodo de tiempo tan grande contenga únicamente momentos felices.

El hecho de que el balance de todos estos años deba ser positivo -y debe serlo- para tener un vida feliz, no debería evitar que aceptemos que es imposible que todo sea fantástico, siempre, en cada momento y en cada situación.

Respecto a lo difícil que es montar un negocio. Creemos que empezar un negocio es fácil. Extremadamente fácil para la mayor parte de sectores y personas. Puedes montarlo en la mayor parte de comunidades autónomas en pocos días, con poco dinero.

¿Es cómodo? No, tienes que patear oficinas y registrar papeleo. ¿Es agradable? No siempre, hay funcionarios fantásticos y auténticos capullos malintencionados. ¿Es emocionante? No, lo último que quiere alguien que esta creando una empresa es que la primera experiencia haciéndolo sea rellenar formularios con información que las administraciones ya tienen.

Pero… ¿barreras difíciles de vencer para crear una empresa? Pocas. Y reduciéndose cada vez más allá donde mires. Creemos que el Estado es torpe, ineficaz y paleto promocionando la creación de empresas pero no compartimos todos esos comentarios de los “emprendedores” sobre lo difícil que es “empezar” una empresa en España.

Empezar algo -una empresa o cualquier cosa- únicamente requiere de un momento súbito de decisión, un chispazo de determinación, un instante en el que la persona y su deseo están en el mismo sitio, al mismo tiempo. Cualquiera que realmente quiera hacerlo -detalle importante- puede hacerlo.

Lo verdaderamente difícil, lo que raramente se cuela entre las pomposas lineas de las “políticas de creación de empleo”, de la “creación de tejido empresarial” es cómo mantener viva esa determinación. No durante un año, ni durante dos, sino duramente 25, 50 o 100. Es tan difícil que los casos en el mundo de empresas que sobreviven a sus fundadores son la excepción y no lo normal.

Construir algo que sea positivo y significativo para muchas otras personas (clientes, proveedores, trabajadores) y que perdure en el tiempo teniendo la suficiente longevidad para crear un efecto a largo plazo. Eso es difícil. Muy difícil.

2. Por cierto, ¿cómo se os ocurrió escribir esos 17 puntos?

Cuando celebramos nuestro 5 aniversario como empresa, empezamos a pensar sobre lo que habíamos aprendido en este tiempo, lo que habíamos hecho mal, lo que habíamos hecho bien, lo que no habíamos hecho… Creímos que algunas de las conclusiones a las que llegamos eran lo suficientemente genéricas como para que fueran útiles para otras personas.

Las sintetizamos en puntos y las publicamos. Nada del otro mundo… creemos que todas las empresas deberían hacer una declaración pública de sus ideas y valores.

3. Y contadme ¿qué es Linking Camp? ¿Cómo se os ocurrió montar este negocio y por qué?

(Nota: Imagino que hablamos de Linking Paths -la empresa- y no Linking Camp -nuestro chat interno) Linking Paths es una empresa de desarrollo software. Creamos servicios web que pretenden mejorar la vida de nuestros usuarios.

Alberto y yo nos conocimos años antes de crear Linking Paths. Ambos somos desarrolladores y compartimos opiniones sobre cómo, por qué y para qué crear software. Tras algunos años hablando sobre ello llegó el momento de poder participar juntos de ese enfoque y lo hicimos.

Creemos que en muchos casos la creación de una empresa es el resultado natural de disfrutar haciendo algo, de querer dedicar a ello el mayor tiempo posible y de compartir ese tiempo con personas con las que compartes visión. Lo menos importante es el punto que nos llevó hace ya siete años a crear la empresa.

4. ¿Sois vosotros dos los socios? ¿Contáis con más trabajadores?

Contábamos con ellos hasta hace unos meses. Razones económicas, la falta de carga de trabajo y el querer ir dejando la consultoría nos obligaron a tener que despedirlos. Otras de las cosas realmente difíciles de montar una empresa es tener que despedir a un amigo con el has compartido esfuerzo, penas y alegrías durante años. No hay palabras para describir como te sientes en ese momento.

Mucha gente encuentra en esa difícil situación/posibilidad el argumento perfecto para la famosa separación vida/trabajo. Pero esa barrera no existe. No en nuestra sociedad. Menos aun en la sociedad del futuro. Puedes compartir tu vida con gente que la enriquece a todos los niveles -y que salga mal- o auto-imponerte un aislamiento de 30 años por lo que pueda pasar en el futuro. Si ésta ultima no es la definición de tenerle miedo a la vida no sabemos lo que es.

5. Y hasta ahora, ¿qué tal os ha ido?

Llevando siete años sólo podemos decir que la evaluación es muy positiva pero es difícil generalizar en este punto. Por una parte trabajar en Linking Paths es fantástico: hacemos lo que me gusta hacer todos los días, gozamos de flexibilidad para trabajar dónde, cuándo y cómo queremos, podemos aplicar nuestra visión de las cosas en un producto y ver como es usado por miles de personas… Definir tu empresa, lo que defiende y representa y poder vivir de ello es un privilegio que no todos tienen y me siento afortunado de que sea así.

Por otra parte es duro. Muy duro. Asumir las decisiones y los valores sobre los que hemos montado Linking Paths conlleva una cantidad de esfuerzo enorme y a veces es fácil caer en el desaliento. Pierdes de vista el objetivo de lo que quieres hacer y el detalle más insignificante del día a día se hace insalvable. Creo que estos momentos -y no el impuesto de sociedades- es el verdadero precio que paga un empresario para crear su visión.

6. ¿Qué os llevó a emprender?

Primero: creemos que se debería prender fuego al verbo emprender. Ha sido manoseado, prostituido y abusado de tal modo que ya casi ni lo reconoces. Emprender significa comenzar un negocio. Tan sencillo como eso. Sin embargo hay un grupo grande de gente empeñada en hacernos creer que emprender es a) un objetivo en si mismo que b) está reservado a un perfil casi místico de gente ‘innovadora’. No lo es. En España hay casi 2 millones de empresas que son personas físicas y aún así se habla de falta de emprendedores.

Segundo: como decíamos antes, montar una empresa es una salida lógica si encuentras algo que te gusta hacer y que es útil para otros hasta el punto que te paguen por ello. Cualquier persona que se encuentre en esa situación puede crear una empresa.

7. A quien se le diga que hoy día es posible crear una empresa rentable (punto 1), no se lo cree. ¿Algo que decir a esos escépticos?

La rentabilidad no debería ser un fin en si mismo, sino un efecto del impacto positivo de la empresas. Cuando dejamos de verlo así perdemos el equilibro y la visión: la ética y los principios de la empresa saltan por la ventana. Solo hay que ver las razones que nos han llevado a la situación de crisis actual.

Creemos que es posible tener una empresa rentable porque existen personas dispuestas a pagar un precio digno por un servicio que mejore su vida en mayor o menor grado. Y creemos que ese es un principio universal muy cercano a cualquier humano independientemente del momento de la Historia.

Obviamente, posible no es lo mismo que fácil. Quizás esos escépticos debieran empezar por preguntarse si están haciendo algo por lo que ellos mismos pagarían.

8. ¿Qué pasos debe dar un emprendedor para montar una empresa rentable? Y más cuando hoy día solo escuchamos que se están cerrando empresas…

Esta es otra pregunta sobre la que es muy difícil generalizar. Los rudimentos para hacer una empresa rentable son sencillos: haces algo que la gente quiere, lo das a conocer y lo vendes por un precio superior a tus costes. Hay un montón de gente empeñada en hacerlo más complejo de lo que es, pero básicamente se reduce a esto.

La mayor parte de la gente no tiene problema para calcular sus costes o incluso darlo a conocer, incluso suele acertar al ponerle precio. El problema suele ser el primer punto: encontrar algo que la gente quiere y por lo que está dispuesto a pagar. El consejo más fiable que tenemos en este sentido es hablar con el consumidor que mejor conoces: tú mismo.

Piensa en esos problemas que tienes que te gustaría que alguien resolviese y en cuanto pagarías por ello. Generar un producto/servicio para ti mismo ayuda a eliminar interrogantes. Si existe un grupo de personas suficientemente grande que comparta tus problemas tienes un mercado y con ello la posibilidad de un negocio.

9. ¿Y qué pasa con la financiación? ¿Se puede encontrar o es imposible montar tu negocio si no cuentas con inversores?

Obviamente esto depende directamente del volumen de la inversión y esto a su vez habitualmente del sector. ¿Se puede montar una naviera sin inversión? ¿Un restaurante? ¿un empresa de calzado? ¿un servicio web? Cada sector tiene unos costes y una barrera de entrada diferente, y por lo tanto la necesidad de inversión varía de la misma manera.

Además las fuentes de inversión pueden ser muy variadas. Dentro del mundo tecnológico en el que nos movemos nosotros, muchos suspiran al ver la actividad de Venture Capital que se mueve en Estados Unidos. Como en España -de hecho en Europa- es prácticamente inexistente o mucho más reducida, suman dos más dos y ya tiene la cabeza de turco de la falta de compañias tecnológicas. Precisamente en el sector en el que la barrera de entrada es más baja, muchos suspiran por tener inversores… un sinsentido.

Al mismo tiempo cuando empresarios americanos descubren que en Europa puedes utilizar la prestación por desempleo para montar una empresa alucinan. Eso también es inversión, pero parece que solo estamos dispuestos a gastar el dinero de los demás (algo que obviamente siempre es más fácil).

10. Lo peor y lo mejor de emprender.

Lo mejor de ser empresario es la capacidad para crear bajo tus propias reglas y vivir de ello. Lo peor es el peso de la responsabilidad que implica.

11. Aún así, ¿merece la pena?

Obviamente la pregunta no podría acarrear una respuesta más subjetiva pero sería raro responder otra cosa tras siete años. En nuestro caso como en otros tantos, sí, merece la pena. Si preguntas en la calle encontrarás posiblemente el mismo número de personas que te digan que no.

Quizás es más interesante el concepto de fracaso. Si haces todo lo que esta en tu mano nadie te asegura que no acabarás perdiendo, pero solo un estúpido o un hipócrita te dirá que has fracasado.

12. ¿Crees que estamos rodeados de demasiado pesimismo o se pueden hacer cosas? ¿Por qué?

Nuestro cerebro es muy curioso. Habitualmente favorecemos una recompensa inmediata en lugar de una a largo plazo. En el corto plazo las malas experiencias suelen tener un peso desproporcionado sobre las positivas. Sin embargo, en el largo plazo solemos tender a ver el vaso lleno y solo recordamos lo positivo. Somos contradicción.

Bueno, eso y que las buenas noticias no venden periódicos. Aunque bien mirado, ya nada vende periódicos…